11 de octubre de 2010
Las cuatro estaciones me hacen recordar
En este momento estoy escuchando Vivaldi mientras miro fotos de ballet y me agarró una melancolía que voy a intentar explicar: es esa música tan suave pero poderosa que llena de delicadeza mientras transmite miles de sensaciones.
Es FELICIDAD!
Me acuerdo cuando iba a mis clases de ballet donde desde el primer minuto hasta el último soló era disfrutar. Lleva tanta dedicación para a veces lograr tan poco…
Nunca deseé ser Paloma Herrera (aunque ella me inspiró a empezar ballet)
pero yo iba a disfrutar cada segundo de la clase como si nada más existiera.
No puedo describir como esa enorme dedicación y firmeza atrae tanto aunque la disciplina para muchos es exagerada yo la comprendo y la exigía.
Como extraño llegar a mi clase y empezar con pliés en primera posición, extraño que me obliguen a lograr una quinta, extraño que me reten cuando me mordía los labios del esfuerzo, extraño practicar piruottes y que me feliciten con los battements, extraño soñar con las puntas e imaginarme el momento en que las iba a ir comprar, extraño ese momento especial dónde yo era otra. Extraño cuando iba a mis clases de ballet.
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